La autora es actualmente escritora y traductora, pero de pequeña NO le gustaba leer. Aunque pronto aprendió a escribir y fue muy buena alumna (pero un día: ¿resigación?;¿ duelo?;¿ iluminación?; ¿costumbre?, dejo de hacerme preguntas. Me convierto en alumna. (p.12)) el amor, el gusto por la lectura no le llega. Aquí describe sus sentimientos, sus intentos de encontrar un libro que le apasione, que le haga entender el entusiasmo por la lectura y el agradecimiento eterno a una profesora que se lo supo transmitir. Es la historia de amor/odio por los libros, condimentado con citas filosóficas, con menciones eruditas a la crítica literaria y a autores en el programa de estudios francés. A mí me he resultado muy enriquecedor pues corrobora mi teoría que siempre hay tiempo para aficionarse a la lectura; además, no pasa nada si todavía existe gente que no lea, pues si no ¿quién se encargaría de los asuntos prácticos de la existencia?. Para una visión más light y sencilla de comprender recomendaría a mi idolatrado Pennac, también francés, también optimista: Como una novela . A pesar de que me ha gustado esta reflexión literaria, he de lanzar una recomendación: abstenerse todo lector que busque algo ligerito y fácil de digerir e ignorante de la literatura francesa así como de su sistema educativo.
CÓMO APRENDÍ A LEER, Agnès Desarthe (Periférica)
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