Historia dura, historia de personajes. Belfast años 50, una mujer soltera (o mejor, dicho, solterona) se instala en la casa de huéspedes que le servirá de cobijo durante un tiempo. Allí conoce a la propietaria, la señora Rice que mima a su hijo, poeta treintañero. Con ellos también vive el hermano de la dueña: el señor Madden que ha vuelto de Norteamérica y al principio alivia la soledad de la señorita Hearne dándole falsas esperanzas de que podía ser el marido con el que siempre soñó la protagonista. Aunque la vida en la casa está repleta de pasiones humanas y de sordidez lo más importante es cómo se describen los sentimientos de Judith: su tremenda soledad, sus pensamientos anclados en el pasado, sus dudas de fe y su alcoholismo vergonzoso. Además de estar muy bien escrita, la descripción psicológica de los personajes es magistral,no solo eso sino que uno puede llegar a comprender a la gente que ahoga sus penas en la bebida. Ahora bien, tengo que advertir que la lectura puede herir sensibilidades y que se abstengan los aficionados a novelitas ligeras para pasar el rato.
Lo tengo ya apuntadísimo, no sólo por ser de Impedimenta y ver buenas críticas, es que el que sea una historia dura es un extra para mí 🙂
Un abrazo
Ana: es duro pero merece la pena, aunque A Impedimenta se le ha colado esta vez una falta de ortografía de envergadura.
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