Leer otro episodio del comisario Jaritos es como volver a casa y repetir lectura de las anteriores entregas. Además, después de varias lecturas tan tremendas e intensas me apetecía algo más ligerito y dado que hemos tenido un verano de lo más entretenido con la deuda griega y su situación económica no está de más adentrarse en la actualidad a través de esta novela. Comienza la historia con un ataque a la hija de Jaritos, Katérina, que es golpeada por defender a inmigrantes, a este acontecimiento se une una serie de muertes relacionadas con la corrupción. Como siempre el asunto se resuelve y como siempre ello da pie para que Markaris reflexione sobre la familia y la situación de Grecia, en este caso la corrupción : Los que no aceptan sobornos son unos imbéciles y los que lo aceptan, mafiosos(p.120) y la emigración con dos puntos de vista: los griegos emigrados que vuelven al país de sus padres y las segundas generaciones de emigrados en el país heleno. Más de lo mismo pero no por ello desechable.
HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO, Petros Markaris (Tusquets)
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