Enric Marco se inventó que había sobrevivido en un campo de concentración nazi, fue presidente de la asociación de supervivientes de dichos campos y se dedicó a dar innumerables charlas y entrevistas sobre el particular. Cuando fue desenmascarado fue tachado de mentiroso sin escrúpulos, pero el autor investiga sobre su vida y milagros para concluir que su biografía, su carácter y sus fabulaciones no eran tan sencillas como para lapidarle sin piedad. Todo en la vida, parece concluir el escritor, no es ni blanco ni negro; además Enric Marco fue un pícaro, un hombre encantador que después de una infancia difícil se reinventó a sí mismo y que necesitaba un protagonismo que la gran quimera que aquí se narra le otorgó. En ocasiones se me ha hecho un poco larga la lectura puesto que hay un exceso de introspección por parte del autor, que compara a su personaje con el Quijote y que detalla en exceso su proceso de escritura. De lo que no cabe duda es que aquí podemos encontrar dos características que parecen definir la literatura del s.XXI: la autoficción y la mezcla de géneros además de intentar comprender a este personaje que, basta con echar un vistazo en Internet, no es más impostor que otros que circulan por ahí.
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