Por fin me lo he acabado, es lo que he pensado al cerrarlo, pero también he de decir que estoy contenta de haberlo hecho. Dell Parsons cuenta su vida y la de sus padres que conformaban un matrimonio peculiar: irlandés parlanchín y fantasioso él y descendiente de judíos polacos ella con afanes de intelectualidad. Debido a las ínfulas poco realistas de su progenitor el protagonista ve cómo a sus quince años sus padres son encarcelados por haber atracada de manera chapucera un banco. Su hermana gemela Berner huye y el narrador se encuentra en Canadá a merced de unos individuos nada recomendables que se dedican a la caza. Detalla la vida de ciudades anodinas americanas en la década de los 50 al mismo tiempo que describe estupendamente la soledad: «la soledad […] es como estar en una larga cola esperando a que te llegue el turno, ese primer puesto donde, según se te ha prometido, algo bueno va a sucederte. Sólo que la cola no se mueve, y que siempre hay otra gente que se pone delante de ti, con lo que el primer puesto, al que tú deseas llegar, se va alejando más y más hasta que llega un momento en el que ya dejas de creer que pueda tener algo que ofrecerte”(p.256).Historia lenta y prolija en detalles en la que primeramente se anticipa el qué y posteriormente se detalla el cómo.
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