Relato que tiene algo de cuento fantástico con pinceladas lorquianas y alguna reminiscencia de Heminway. Frasquita vive en un pueblo andaluz y cuando le llega el momento su madre le ofrece una caja que se pasa de madres a hijas en la que contendrá el tesoro de su vida, en este caso hilos y agujas puesto que Frasquita tiene el don de coser con primor y de hacer que cualquier harapo parezca un tejido regio. Tras su matrimonio con el carretero José los hijos empiezan a llegar, cada uno con su particularidad: Anita, la mayor es muda pero muy lista, Clara se ilumina por la noche, Martirio es más bien tenebrosa y Pedro, el único chico es pelirrojo. Tras varias escenas de lo más pintorescas a José le obsesiona ganar peleas de gallos y en la última, cuando pierde hasta a su mujer Frasquita huye del pueblo con su prole hacia África donde encontrará cierto descanso. Historia llena de pequeñas historias, de relatos peculiares entre lo mágico y lo typical spanish (o más bien andaluz), si se aceptan las reglas de juego y el lector se deja atrapar por esta atmósfera a veces ruda, a veces sobrenatural no se arrepentirá de haberla escogido.
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