Este peculiar libro consta de cinco capítulos que, aunque comparten el personaje principal, es decir, Ruth Puttermesser, se pueden leer de modo independiente. El primero trata de su mundo laboral y describe su puesto como abogada en el ayuntamiento de Nueva York; en el segundo crea un golem para conseguir ser alcaldesa; en el tercero revive una historia de amor con un hombre más joven que ella, como George Elliot; en el cuarto recibe a una prima suya emigrada soviética y en el quinto y último, por fin, llega al paraíso (¿o es al infierno?). Digo al principio que me ha resultado un tanto extraña esta novela ya que hace muchísimas referencias al mundo anglosajón y al judío que yo desconozco. Además, tengo la sospecha de que subyace un gran sentido del humor detrás de muchas escenas que he sido incapaz de captar. Me pasa lo mismo que cuando veo una película de Woody Allen, supongo que me tiene que hacer muchísima gracia pero no paso de enarcar una ceja y de esbozar media sonrisa, mientras me reprocho a mí misma el no ser lo suficientemente inteligente como para entender este tipo de humor.
No he leído este libro de Ozick, tengo mucho interés ahora mismo por un ensayo suyo que han sacado ahora «Metáfora y memoria» y también por el otro suyo que tengo «Los últimos testigos». Según salga de esas lecturas decidiré si me animo con este, y comprobaré si pillo ese humor que comentas…
Un abrazo
Curioso libro y curiosa autora a la que me ha encantado conocer