En esta distopía leemos cómo el mundo ha dado pasos atrás porque los polos han desaparecido. El agua es ahora un bien tan escaso que provoca guerras y hasta hay un batallón especializado en delitos contra dicho elemento. Noria es hija de un maestro de té, cuyas dotes y profesión hereda, lo mismo que un gran secreto que hará que su vida y la de sus amigos peligre. Suele ir con Sanjia, su amiga íntima a un vertedero donde encuentran elementos de la vida pretérita que les ayudarán a descubrir qué ocurrió antes de su nacimiento. En este libro se mezclan tres aspectos: el primero son reflexiones pseudofilosóficas sobre el agua, el segundo pinceladas de futurismo con el calentamiento global y sus consecuencias de fondo y el tercero cierta tendencia a la aventura que no va a ningún lado. Dado que nada de esto me atrae lo más mínimo y que las penurias a lo Blade runner me resultan harto difíciles de digerir, esta lectura se quedará en el cajón de los olvidados.
LA MEMORIA DEL AGUA, Emmi Itäranta (Ediciones B)
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