Novela coral y polifónica inspirada en la vida de Shmuel Oswald Rufeisen. Él era un judío polaco que sobrevivió a la invasión nazi haciendo de intérprete para los alemanes, tras haber conseguido salir con vida de innumerables redadas decide convertirse al catolicismo, hacerse carmelita y , además, ejercer su ministerio en Israel oficiando las celebraciones en hebreo. Es decir, una biografía que no entra dentro de lo previsible. La historia se construye a través de cartas, testimonios y vivencias de muchos personajes que por diversas circunstancias han conocido a Daniel y cuyas vidas fueron marcadas por sus acciones: una hija de una ferviente comunista milagrosamente salvada del ghetto, una ex monja lituana casada con un sacerdote ortodoxo, el hermano del protagonista que vivía en Israel desde el final de la SGM o su asistente alemana, Hilda, que trabaja con él en la parroquia. Como toda buena novela rusa tiene tres ingredientes propios de la misma: abundancia de personajes secundarios con situaciones vitales complejas, búsqueda de la trascendencia y una tendencia a atormentarse que es un clásico en el género. A ello hay que añadir el análisis de la diáspora judía y la situación de los cristianos en Israel, asunto que he de confesar me ha dejado bastante perpleja. Lectura altamente recomendable por su profundidad en lo que respecta a los temas tratados y por lo sencillo que resulta seguir la trayectoria vital de todos los personajes.
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