Tras el sobresalto de Plenilunio nada como retomar al Joyce que se entiende en esta recopilación de quince relatos sobre su Dublín natal. A través de los cuentos conocemos la ciudad de principios del siglo XX con los primeros automóviles, la vida oscura de los oficinistas e incluso ciertos esbozos sobre la política. La iglesia católica está omnipresente en cada una de las historias así como la afición a las bebidas alcohólicas que parece ser una característica indeleble de la nación irlandesa. Al tratarse de una obra costumbrista todo es general más descriptivo que narrativo, el lector se hace una idea de la sociedad de la época y le queda la impresión que al autor no le satisfacía en exceso. A mí me ha quedado la sensación de que dentro de un par de años no me voy a acordar de nada a pesar de que tengo que dar las gracias a la estupenda edición de Cátedra ya que una lectura que podría resultar algo plana y opaca se enriquece y aclara bastante gracias a todas las anotaciones.
Leí hace unos años Dublineses. Me gustó bastante, si bien coincido contigo que transcurrido el tiempo se me han ido las historias de la memoria. Esto debo decir me suele ocurrir con los libros de cuentos, supongo que es porque uno está poco tiempo con cada relato. Sin embargo, aún perdura en mi la imagen general de Dublín de la época, la idea sobre las diferencias religiosas y políticas, así como el tema de la bebida que mencionas. Aún deseo conocer Dublín. Si quieres leer mi reseña, la puedes leer en http://sobre-libros-y-algo-mas.blogspot.com.uy/2012/06/james-joyce-dublineses.html. Saludos
¡Gracias! Me pasaré por tu blog…pero también hay relatos que le dejan a uno sin aliento: Poe y Horacio Quiroga
Poe y Quiroga son los maestros. Otro tremendo para los cuentos fue Carver. Si no lo has leído, te recomiendo el cuento Catedral. Hay un libro de igual nombre que lo contiene, pero el cuento lo puedes encontrar incluso online (http://www.cuentosinfin.com/catedral/).
Saludos
Gracias por la recomendación