(Casi) todo el mundo sabrá que es el autor de El principito, que a unos encanta y a otros repele, pero muchos quizás ignoren que además de escritor y periodista fue piloto de avión en los años 30, lo que supone un enorme mérito. En esta novelita que consta de 23 capítulos y prologada por André Gide se narra una noche en la que los correos del Sudamérica (Argentina, Chile y Uruguay) surcan los cielos huyendo de las tormentas y cumpliendo horarios impuestos por sus superiores. Lejos de contar una aventura, el escritor se centra en lo poético de las estrellas y en los sentimientos encontrados de los responsables de los pilotos. Subyace, además, una interesante reflexión sobre el trabajo. Puede ser una gran idea releer este clásico para rendir homenaje a los pioneros de la aviación (me estremezco en pensar en los medios técnicos utilizados en la época) narrado en tiempo real.
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