La historia resulta tan melancólica con su título. Yep Muscat es un escritor de origen armenio que tuvo éxito en el pasado. Con varios proyectos bajo el brazo va a Nueva York a principios de octubre y allí se reencuentra con su esposa e hijos y algún amigo de infancia. Nuestro protagonista pasea, come, bebe, duerme poco, adora a sus hijos y no se sabe muy bien en qué quedarán sus entrevistas con los productores que desean hacerle guionista de un exitoso musical. Aparte de reflexiones sobre la emigración, el triunfo económico y el béisbol, poco recuerdo va a dejar en mí esta lectura que ha sido relegada en el limbo de los «sin más».
UN DÍA EN EL ATARDECER DEL MUNDO, William Saroyan (Acantilado)
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