Los que tengan ….taitantos seguro que lo han leído en la infancia aquella donde los libros «te los compraban» y donde la existencia de colecciones como «el barco de vapor» era algo impensable. Somos muchos los que, como Antonio Orejudo , hemos compartido estas lecturas que nos iniciaron en nuestro recorrido lector . Pero ¿cómo aguanta Enid Blyton taintantos años depués?, pues malamente. Seguimos sin saber a qué sabe el pastel de jengibre y resulta que Julián, Dick, Ana , Jorge (Georgina) y Tim (el chucho) son bastante planos como personajes y las aventuras (de las que siempre salen vencedores) un tanto simplonas. Pero, ¿por qué no releer el primero de la saga? Conocemos a la tierna Ana, a la hosca Jorge, al caballeroso Julián y a tragón de Dick que pasan unas inolvidables vacaciones descubriendo un tesoro en una isla… ni el título da para conjeturas literarias. Un guiño a la infancia, un agradecimiento a la autora por haber creado tantos lectores y un suspiro de alivio por haber, espero, evolucionado un poco en mis gustos y educación literaria.
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