Retomamos de nuevo a los personajes de Un perro y Una madre. Amalia es la madre albina despistada que hace reír y desespera a su hijos por partes iguales. Silvia, la mayor, sigue estresada con su empresa y con su matrimonio. Fer, el narrador, no tiene pareja y por ello la inventa, para no disgustar a su madre. Emma ha encontrado por fin alguien con quien casarse. Es en el día de su boda con Magalí (o Mariví, como dice Amalia) donde transcurre esta historia con su idas y venidas, los flash-backs, los sentimientos a flor de piel y las mentiras («Mentir es lo que más cansa del mundo», afirma Amalia). Como de costumbre el escritor clava a los personajes y los sentimientos, llega al la lector pero nunca cae en le sentimentalismo porque ahí está Amalia, dispuesta a un número cómico y tierno que hace retorcerse de al risa al lector. No si es muy osado decir Amalia va camino de convertirse en un clásico de la literatura española, tiene la parte buena de Celestina y la ingenuidad del Quijote que la hace muy especial .
Me encanta cómo escribe Alejandro Palomas sobre los sentimientos.
¡Parece interesante!