Un hombre llega a un sanatorio aislado en las montañas. Allí el tendero y el enfermero, aburridos, sin duda por su monótona existencia se dedican a elucubrar sobre las vidas de los pacientes. Este hombre recibe cartas de dos mujeres, alquila una casa y las dos mujeres acuden a visitarlo y a cuidarlo, ante el desconcierto y los comentarios maliciosos de los empleados del hotel y del hospital. Lo de menos es la historia, lo más importante es la forma, las frases largas con sintaxis perfecta, el punto de vista del narrador y el ritmo moroso como corresponde a estos lugares a los que van los enfermos a curarse.
LOS ADIOSES, Juan Carlos Onetti (Bruguera)
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