
Este ejemplar estaba en francés y sin desembalar en las baldas del despacho de mi compañera E.; así que un buen fichaje para este fin de semana. En esta breve novela (siempre lo son) la autora vuelve a Japón para realizar un documental que se puede ver aquí. Allí entre la autoficción y la identidad hace un análisis sobre los recuerdos y los reencuentros. Primero visita a su anciana nodriza y su colegio donde cursó infantil, luego la empresa en la que empezó a trabajar y que dio como fruto Estupor y temblores. Habla con traductores y editores y por fin tiene una entrevista con su antiguo novio, también objeto de otra de sus novelas. Todo habla de ella y declina en todos los tiempos verbales y pronominales su yo literario, su personaje. Para fans absolutos de la autora.