El mítico reportero viajará por todo el mundo entre los años 50 y 60 con el voluminoso libro de Heródoto donde siempre encuentra paralelismos con las situaciones que vive el narrador. Como periodista en la Polonia comunista y encerrada en sí misma es enviado a varios destinos sumamente exóticos: primero a la India, luego a China y por último a África, donde vivirá en primera persona varios golpes de estado tras el proceso de descolonización. Así, entre vida de periodista en unos años difíciles donde la única comunicación con el periódico era la radio y las alusiones a una magna obra que compila el saber de los clásicos, vemos que la historia se repite, las guerras también y que , en definitiva, siempre habrá algún periodista o historiador que esté allí para contarlo. mención aparte merecen las interesantes reflexiones sobre la sociedad y las lenguas. Lectura agotadora por tanta batalla y tanta crueldad pero muy interesante para conocer al ser humano que no ha cambiado tanto en tantos siglos de historia.
Leer a Kapuscinski es una aventura apasionante. «Ébano» y «El imperio» son también lecturas que inspiran. ¡Un saludo!
La verdad es que me ha hecho pensar mucho…
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