Segundo tomo de las memorias de los Cazalet en los que nos adentramos en la Segunda Guerra Mundial. La vida en la mansión sigue su curso pero sus protagonistas han crecido (o envejecido). Edward sigue con sus amantes, Hugh padece con tristeza en cáncer de su mujer, que ella sufre en silencio y, por último, Rupert se alista antes de que su mujer, Zoe dé a luz. Adquieren aquí gran protagonismo las voces de los hijos, sobre todo las femeninas: Clary y Polly, mejores amigas y adolescentes entre el mundo de la infancia y el adulto. Y sobre todo Louise, decidida a triunfar como actriz y que se asoma a varios mundos ajenos a su familia. Cabe destacar el tono so british de esta novela, aquí pasa de todo: bueno, malo y regular; lo más tremendo y lo más cotidiano, pero nunca jamás recurre al autora a ser excesivamente explícita…que el lector medio suple con la experiencia lectora todo el implícito que se deja entrever. Para los fans hay cuatro tomos más.
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