Aquí va un western visto desde múltiples puntos de vista: el de los apaches, que evidentemente no son tan malos, los estadounidenses que obedecen órdenes del lejano Washington, los mejicanos heroicos y caballerosos, perdiendo la parte norte de su país y, por último, el propio escritor que realiza un viaje familiar por la zona. Tenemos, por un lado al teniente coronel Zuloaga, que con una exigua dotación de soldados va tras la huellas de Camila, una mujer secuestrada por los indios. Por otro, el ejército yankee se erige en salvador del pueblo que le es confiado, pero líbrenos al lector de la dicotomía buenos/malos porque aquí hay matices de grises. Además, Gerónimo y otros jefes también explican su visión del mundo y, sobre todo, su relación con la naturaleza. Por último el autor, en la autoficción que no puede evitar, narra historias familiares y nos hace ver cómo se sienten los mejicanos. Se nos muestran aquí gran cantidad de personajes que pueden poblar todas las películas del oeste, se salta con habilidad el tiempo, espacios y personajes con ciertos toques de humor que se agradecen en un novelón de esta envergadura. Aunque le sobran párrafos y a veces resulta farragoso, entre todo el mar de páginas hay destellos de buena narración y sobre todo de una buena historia en parajes inhóspitos que merecen armarse de paciencia para encontrarlos entre estas casi 500 páginas.
AHORA ME RINDO Y ESO ES TODO, Alvaro Enrigue (Anagrama)
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