Hamburgo duro invierno de 1947, en plena posguerra el inspector jefe Frank Stave lucha por sobrevivir tras las muerte de su esposa, la desaparición de su hijo Karl y las complicadas condiciones de vida (frío intenso y racionamiento). En la ciudad devastada por la guerra aparecen cuatro cadáveres desnudos y anónimos a los que nadie reclama. Se trata de un anciano, dos mujeres menores de cuarenta años y una niña de seis. Como anticipa el título, se encuentran tiradas en los escombros. El inspector debe trabajar entonces con parte de su equipo: su secretaria, otros policías, un fiscal y un oficial inglés para esclarecer el caso. Asunto, que con arreglo al género, se consigue de modo atropellado en las veinte últimas páginas. Lo bueno es que resulta una lectura entretenida que describe muy bien el ambiente inhóspito de la posguerra (y de cómo debieron sentirse los alemanas en ese momento). Tampoco están mal los personajes que presentan cierta profundidad, pero falla la intriga policial que acaba lamentablemente en lugares comunes. Entretenido pero prescindible.
EL ASESINO ENTRE LOS ESCOMBROS, Cay Rademacher (Maeva)
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