Parece ser, entre las brumas de este monólogo nostálgico repleto de frases largas y descritas, que ella ha muerto. Su amante llora su pérdida a través de los objetos cotidianos, de tsu cocina, de sus acuarelas, de sus álbumes ilustrados y de sus repostería. Él es profesor en una escuela rural que parece sacada de Pagnol, atiende a su clase, se pasea por el pueblo, toca la guitarra y se acuerda de ella. Como banda sonora pondrían de las canciones francesas tristes y lentas que a algunos apasiona y a otros espantan. Libro melancólico, onírico y poético, apto para amantes de la lírica y de la lectura pausada. Para la petite histoire, como dicen los franceses, el autor es padre del cantante Vincent Delerm. Aquí dejo una canción que puede ser la banda sonora del libro (a lo mejor demasiado marchosa).