Oleg nace en Rusia justo antes de la guerra mundial, su padre era miembro del KGB, su hermano también y él sigue los destinos familiares porque sí, porque es brillante, porque se siente atraído por occidente y porque se le dan bien las lenguas extranjeras. Tras un recorrido impecable aterriza en la embajada soviética en Copenhague y va descubriendo paulatinamente que se vive mucho mejor tras el telón de acero y que el el comunismo no ha sido honesto con los rusos. Por convicciones ideológicas va pasando información sobre Escandinavia a los países occidentales. En los años 80 es destinado a Londres, allí evitará una guerra nuclear y desvelará todos los agentes secretos del KGB en el Reino Unido. Novela de espías , pero basada en hechos reales, cómo se espía, cómo se monta una operación secreta, cómo se desvía la información, cómo y por qué aparecen los dobles agentes… todo sin Internet y sin móviles. Revisión histórica de una época con Reagan, Gorvachov y Teacher en la que Oleg Gordievski tuvo mucho que decir. Con unas escenas de película que hacen que una tenga que acabar el libro sí o también, otras más aburridas de política y de estrategias de desinformación y, por último, un gran ejemplo de cómo uno tiene que contener siempre su lengua y todo lo que sabe…por si acaso.
ESPÍA Y TRAIDOR, Ben Macintyre (Crítica)
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