Monólogo interior con formato epistolar en el que Eva se dirige a su marido Franklin. El tema, como anuncia el título es Kevin , el hijo de dieciséis años de la pareja que , lo sabemos desde el principio, ha matado a varios de sus compañeros del instituto. Eva narra su vida anterior de ser madre: empresaria de éxito y enamorada de su esposo. Su hijo, Kevin, nunca fue ni un bebé fácil ni hizo que sus padres se sintieran orgullosos de él, durante la adolescencia su frialdad, su aguda inteligencia y su falta de empatía era notable. El pulso narrativo va creciendo a medida que vamos pasando las páginas: una vez que sabemos el qué queremos conocer el cómo. Novela psicológica que trata temas como la maternidad , la maldad y, sobre todo, las relaciones personales. Hipnótico, inquietante y horripilante, pero adictivo.
TENEMOS QUE HABLAR DE KEVIN, Lionel Shriver (Anagrama)
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