Azul tiene unos cuarenta años, se ha divorciado dos veces y harta de todo se va a París, donde estudió el último año de bachillerato allá por los noventa. Azul se siente perdida y rememora sus amoríos de adolescencia. Mientras, hace un curso de pastelería y se lía con un señor francés. Va calle arriba, calle abajo, vuelve a la encantadora patrona que la alojó en su pensión hace más de veinte años y bebe champán y come croissants. Y vuelve a pensar con regodeo en los chicos de su adolescencia …y una lectora, que siempre acaba los libros porque sí, piensa que Azul es una inmadura, que lo único que ha quedado claro es que en París hace frío en invierno y que, desde luego, vaya pérdida de tiempo de lectura.
PARÍS ES AZUL, Muriel Villanueva (Versátil)
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