El autor/narrador conoce la noticia en 2015. Resulta que el gobierno español ha decidido otorgar la nacionalidad española a todos aquellos judíos de origen sefardí que cumplan ciertas condiciones. Y así que, hijo y nieto de judíos sefardíes, procedentes de Marruecos emprende la aventura de conseguir la nacionalidad española. Por un lado, se enfrenta a un sinfín de desventuras burocráticas que tienen su gracia (o su desesperación) y un examen de lengua y de cultura españolas. Por otro lado, viaja por España y reflexiona sobre cómo es ser español y las peculiaridades de su nueva nacionalidad. Y ahí es donde a veces me h aparecido que pintaba bien nuestras costumbres: el volumen alto en las conversaciones, la tertulia, el deber de interrumpirnos y, otras veces, me recordaba que los franceses del s.XXI pintan España con los tópicos del XIX, como ya lo hizo Merimée en Carmen. Y es que no, que los españoles no somos tan fans de Almodóvar como los franceses y las procesiones no son encuentros del Ku Klux Klan. Enfin, paciencia para el que se quiera adentrar en esta imagen de España vista por un ensayista francés. Olé.