Entre el ensayo y la biografía novelada este relato tiene dos claras vertientes: una más personal y otra más académica. La primera es el esbozo de la vida de Leon, el abuelo ucraniano del escritor que tras nacer en Lviv (y pasar por Austria en los años 30 del s.XX pudo exiliarse a Francia y sobrevivir al holocausto judío organizado por los nazis. La segunda es un estudio académico sobre los juicios de Nuremberg y sobre el crimen del derecho internacional demandado genocidio. Para narrar la vida de su abuelo y de sus antepasados, además de viajar a Lviv (o Lemberg, Lvov o Lwów) , se basa en fotografías, documentos y relatos fragmentarios de su madre Ruth. Para analizar de un modo muy minucioso el relato de cómo el genocidio entró en los códigos de derecho, se basa en la vida de dos legisladores célebres (para el que los conozca, claro), también judíos, también del este de Europa que lograron , a base de trabajo y de tesón modificar las leyes internaciones: el uno Hersch Lauterspacht que definió el término de crímenes contra la humanidad y el otro, Raphael Lemkin que hizo lo propio con genocidio. Aunque puede resultar un poco largo para el lego en la materia yo me quedo con dos cosas en esta lectura: una, que Ucrania y que la ciudad de Lviv siempre están en el foco de guerra y dos, que lo que parece obvio como el término crímenes contra la humanidad es de hace poco. Va a ser que a estas alturas descubra una que el derecho tiene mucho de precisión, de ciencia y de historia.