Llega el fin de año y, con él, el balance de las mejores lecturas del mismo.




























Llega el fin de año y, con él, el balance de las mejores lecturas del mismo.
En este año tan extraño, nunca los libros han estado tan presentes y nos han salvado a muchos de enloquecer, aunque las citas del Quijote se han multiplicado en los WhatsApp de gente leída. Difícil de escoger, l’embarras du choix, pero todos los que están son.
¿Qué haríamos sin ellas? Muchos han sido los libreros que han hecho objeto de literatura su profesión, aquí van algunos ya reseñados aquí. No hay mejor homenaje que recomendar algunas de estas lecturas …pero !cuidado! algunas de ellas pueden impulsar al incauto y romántico lector a lanzarse a la aventura… asunto que cualquier economista en su sano juicio desaconsejaría vivamente.
Como siempre, más recomendaciones en el blog. Como siempre, libros que me he leído y disfrutado esta último año. Como siempre, hay un poco de todo: más ligero, más entretenido, más intelectual, más intenso. Como siempre, hay un libro para cada lector. Como siempre, buen verano con buenas lecturas.
Para no enloquecer estos días lo mejor es hacerse un plan. Si no está uno todo el tiempo exclusivamente trabajando, limpiando, pasando el rato viendo películas tontas, ordenando, haciendo gimnasia u horneando bizcochos tenemos el riesgo de acabar con bastante chaladura mental. Así que dentro de los planes diarios sugiero diversos retos literarios que podemos afrontar estos días para acrecentar nuestra cultura.
Todos estos libros se supone que son conocidos y que más o menos todo el mundo sabe de qué van… pero ¿los hemos leído? Gran momento para completar nuestros déficits lectores: El Conde de Montecristo, historia folletinesca de una venganza…el encierro da mucho tiempo para pensar. Las novelas ejemplares, cuento/novela breve que se puede coger y dejar, inspiración para suplir los culebrones turcos que llenan las pantallas de televisión. Jane Eyre, heroína romántica donde las haya también estuvo aislada en una mansión victoriana. Nos pasamos el día Entre visillos, así que es buen momento para revivir los años 50 y para redescubrir las saga familiar de los Buddenbrook, que ha dado el nombre a un efecto económico, pero el que lo puso (se refiere al fracaso de las empresas familiares en la 3º generación) no se había leído muy bien el libro.
Lo sabemos: no salir de casa. Unos optan por ver series, otros películas, otros por engancharse a Internet, otros por cocinar (si queda algo en el supermercado), otros por trabajos manuales o por realizar limpiezas a fondo en casa. A mí me piden sugerencias para leer.
Así que aquí va un lista de «tochos»: libros que nunca uno tiene tiempo de leer . Quizá ya ha llegado el momento.
Si la situación persiste, recomendaremos más ligereza.
Aquí van mis mejores lecturas del año. Como siempre son lecturas que yo he realizado durante el año, no tienen porqué ser las últimas novedades.
Empezamos con gastronomía: Comimos y bebimos y Si quieres que te quieran. Aunque no tiene nada que ver con comida, el título de Un guiso de lentejas nos acerca a la novela inglesa, este año hemos seguido con las crónicas de los Cazalet: Tiempo de espera. Seguimos con títulos relacionados con la cocina: Un montón de migajas, pero aquí pasan mucha hambre tras la guerra narrada por La guerra no tiene rostro de mujer y también lo hacen los que han salido del comunismo en Los osos que bailan. De la Europa del este proceden asimismo los protagonistas de Ellos, La danza de los demonios y El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. La guerra no acaba aquí porque tras la Primera Guerra Mundial y antes de la Segunda una mujer trama su venganza en Los colores del incendio, lo que nos lleva a París, el incendio de Notre Dame y el superventas del libro homónimo: Nuestra Señora de París y hablando de clásicos Los Maia no nos debe asustar por su envergadura. Para amantes de los clásicos inesperados y más breves: Indiana nos llevará a destinos exóticos así como el Antropólogo inocente, este con humor. Es la SGM la que padece como huérfana en Un paisaje de cenizas y la convulsa historia de los años treinta en Italia sufrida en la saga de Tierra de nadie. Italiana es también la autora del testimonio Nadie puede volar, de origen marroquí la autora que se basa en su infancia en Madre de leche y miel y también destacable la biografía de una mujer galesa sin historia: La vida de Rebeca Jones. Si vamos al intimismo destacamos dos autores españoles: Música de ópera y Señor de las periferias . No puede falta uno de novela policiaca, este de la América profunda: Un pie en el paraíso y también cuentos del mismo país: Visión binocular. Tras la estela del éxito de Patria, otra visión del terrorismo vasco: Los niños de Lemóniz y otra descripción de esos años por el País Vasco: Ama. Por último, los libros que hablan de libros son siempre objeto de fascinación para lectores voraces, de ellos destaco dos: Ex libris y la La biblioteca en llamas.
FELIZ 2020. Aquí seguiremos leyendo.