El abuelo del narrador acude, desde que ha enviudado, a comer a casa del protagonista. El niño refiere escenas cotidianas banales hasta que un día su abuelo, que ha sido librero, descubre que su nuera está leyendo una novela de Stephan Zweig. Al hilo de esa lectura cuenta a su familia, cómo, en verano del 1936, un hombre bien vestido y con acento alemán se acercó a su librería. Allí , se desvela la identidad del escritor y el librero, o sea el abuelo, entabla con el afamado y desterrado autor un diálogo sobre la literatura, la escritura o el devenir político de Europa entresacado de la obra de Zweig. Bonita historia contada de manera sencilla que puede hacer recordar El mundo de ayer de Zweig o hacer que el lector curioso y que todavía no lo ha leído acuda a las fuentes, que siempre es lo mejor.
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EL VESTIDO BLANCO, Nathalie Léger (Sexto Piso)
Obra breve pero intensa al mismo tiempo. Si el lector, atraído por la publicidad del libro, solamente desea conocer la performance de una artista italiana llamada Pippa Bacca que viajó por al este de Europa en autostop y fue asesinada en Turquía, obtendrá una tercer parte de lo que se puede leer aquí. Otra parte, habla de la relación con su madre, ya mayor, y del matrimonio, plagado de infidelidades, de su padres. El tercer aspecto es el de la reflexión sobre el arte y la originalidad de muchos artistas que realizan performances para reivindicar algo. Denso y corto.
EL ESTADO DEL MAR, Tabitha Lasley (ASTEROIDE)
La sinopsis del libro tiene cierto interés para las que deseamos conocer mundos que desconocemos absolutamente. En este caso se trata de la vida laboral en plataformas petrolíferas del mar del norte. Allá va la narradora/autora/ periodista con la grabadora en ristre a entrevistar a cuantos empleados en dichas plataformas pueda para poder realizar un reportaje sobre el particular. Aparte de ciertos aspectos como la soledad, el deseo de volver a casa, las relaciones con las mujeres en tierra, la dureza del trabajo y la escasa catadura moral de las empresas explotadoras de las plataformas, este tema se toca poco porque la periodista se dedica a contarnos entusiasmada sus embates sexuales con el primero de sus entrevistados. Es cierto que la atmósfera de la ciudad escocesa fría y áspera se describe muy bien , pero me hubiera gustado más reportaje sobre las plataformas y menos Bridget Jones.
V13, Emmanuel Carrère (Anagrama)
Con este título, más parecido a un acrónimo que a un título tradicional de novela, Carrère realiza la crónica judicial de los atentados del 13 de noviembre del 2015 en Paris. Dichos juicios tuvieron lugar en 2021. Se divide en varias partes: la primera hace referencia a las víctimas, a sus testimonios; en la segunda se enfoca en los acusados y en otras en el día de los atentados. También aprendemos cómo se las arreglan los abogados de la defensa de los acusados o cuáles son las indemnizaciones previstas para los supervivientes o descendientes de las víctimas. Acaba, como es lógico, con la sentencia. Aunque se han recopilado aquí los textos semanales enviados al Nouvel Observateur se lee como una novela por la tensión narrativa, la lógica cronológica y, cómo no, las historias personales que hay detrás de todos las personas (que no personajes) que aparecen aquí. A mi modo de ver, cuando este autor se deja de egocentrismos y de miradas perplejas a su interior es un gran narrador y por eso esta crónica me ha aparecido justa en su medida por lo contenida y también necesaria, para no olvidar nuestro pasado tan reciente.
EL MARIDO DE LA INGLESA QUE VIVÍA EN LA CASA DEL DANÉS, Eugenio Ibarzabal (Planeta)
Tras este sugestivo de título que evoca una novela romántica, de intriga o incluso una de terror se esconde un libro de autoayuda (clasificación de la biblioteca) en la que el tema es saber escuchar. El subtítulo lo indica claramente: una historia sobre el poder de la escucha. Tras varias anécdotas sobre su vida personal y profesional, el autor, a mitad de la obra, nos señala varios paso para saber escuchar a la gente que tenemos alrededor. Pienso que la lectura adquiere más ritmo cuanto narra anécdotas sobre su vida profesional, me habría gustado saber más , pero me quedo con la importancia de saber escuchar. Aquí no me queda del todo claro si es con finalidad venal o altruista, pero lo cierto es que es una virtud (o competencia, que dicen ahora los pedagogos modernos) que se debe practicar. La idea fundamental que subrayaría es esta: cuando alguien cuenta algo, no se debe pasar directamente al egocentrismo de yo, a mí me ha pasado… si no callar, asentir si seguir escuchando. Y es que necesitamos ser escuchados y que nos escuchen. Aquí va lo que me pasó hace poco. Tras unas vacaciones saludé con un abrazo a una compañera llorosa por un drama personal. Otra compañera observó la escena y me preguntó que qué le pasaba, se lo conté y me replicó asombrada que yo me enteraba de todo. No es que sea cotilla, es que me senté a su lado en el autobús, le pregunté ¿qué tal? …y media hora después ya estaba al tanto del asunto. Si una lectura puede hacer que escuchemos a los demás, bienvenida sea.
OBRA MAESTRA, Juan Tallón (Anagrama)
Basado en hechos reales que , parece ser, solo ocurren en este país, esta novela/ensayo polifónico trata de varios temas. La realidad es que una escultura de acero de Richard Serra de más de treinta y ocho toneladas se perdió. El propietario era una entidad oficial de apariencia tan seria como el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía que había a entregado (y nunca pagado) su custodia a una empresa dedicada a ello. Dicha empresa quebró porque los estamentos públicos no cumplieron con lo pactado. Para explicar lo sucedido se entremezclan varias voces, a veces se repiten , como la del escultor Richard Serra y otras veces no. Por un lado, están los expertos en arte: escultores, pintores, galeristas y comisarios de exposiciones que reflexionan sobre el arte moderno y , en general, lo alaban. Por otro lado, los funcionarios y políticos, atrapados en una maraña de burocracia, de leyes y de «esto fue del otro partido y a mí que me registren». Por último voces anónimas que pueden dar algo de luz a la cuestión: taxistas, empleados de fundiciones, periodistas, vecinos hartos del arte urbano en sus calles, apasionados del arte o incluso gitanos que se dedican a la chatarra. Así, el lector se puede hacer una idea de un suceso sumamente confuso y todavía sin dilucidar. Me parece genial el modo de llevar esta novela: el autor aparece muy poco, los puntos de vista son variados. No se trata, por lo tanto, ni de una denuncia sobre el funcionamiento de las instituciones, ni una crítica hostil al mercado del arte moderno, es un cúmulo de opiniones divergentes cada una con su punto de vista. He aprendido cómo se trabaja el acero y me he reído, lo suficiente para recomendarla.
Un apunte personal: por cuestiones geográficas, aquí Richard Serra, Oteiza y Chillida son bastante conocidos. Mi agradecimiento personal desde el cuerpo de docentes sacrificados a Serra. La razón es simple: cuando se programa una salida cultural al museo, el profesor y acompañantes sufren por averiguar si la clase estará a la altura. Hasta que no se vuelve al centro escolar no se sabe si habrá alguna multa por desperfectos, pero todo va en aras de ilustrar y culturizar a nuestros adolescentes. Cuando llegamos a las esculturas de Serra, nuestros futuros artistas pueden pasearse tranquilamente dentro de la escultura, no hay problema, tocan y corretean para alivio de los que se han ofrecido a ir de visita …Gran invento.
NOCHES AZULES, Joan Didion (Mondadori)
Tras el fallecimiento de su hija y de su marido, la narradora se observa, observa el mundo que sigue girando, las estaciones que no se alteran. Observa su pena, el tiempo pasado en la inconsciencia de fiestas, bebidas y cigarrillos, la adopción de su hija Quintana, la incredulidad de su mala suerte, la llegada de su vejez con los achaques que hacen que ya no pueda disponer de sus días y horas como antes. Cada frase breve es un latigazo, pero me quedo con una de las últimas que resume su desazón: Uno teme por lo que todavía no ha perdido (p. 150) . Breve pero intenso.
Y ME LLEVÓ EL VIENTO; Anne-France Dhauteville (Interfolio)
Libro de viajes escrito en los años 70 en el cual la autora narra su viaje en motocicleta, una Kawasaki, por el mundo. Su periplo comienza en Canadá , pasa por Alaska, Japón, la India, Pakistán, Afganistán , Turquía, Bulgaria, Hungría y Austria. Entre paisajes alucinantes, siempre hay tiempo para el humor y la relativización de sus proezas. Canadá la recibe con los brazos abiertos con sus leñadores dispuestos siempre a ayudarla y los campings abiertos a sus escasas pertenencias. Japón es la casa madre de su moto, así que es mimada por los técnicos de allí pero no deja de sorprenderse con el carácter tan aparentemente sosegado del país del sol naciente. El shock llega en la India, país que no puede ser más diametralmente opuesto al anterior. Afganistán y Pakistán no suponen ningún problema para la intrépida viajera, los hombres la respetan y ella sale airosa de todas la situaciones en las que la mecánica la deja tirada. Tremendo el paso por la Europa del este , aunque ella siempre sabe hacerse amiga de alguien en momentos complicados . En definitiva, un relato de viajes ameno y divertido que no ha envejecido mal del todo, aunque siga chocando la inexistencia de Internet y el ansia absoluta de gauloises (una especie de Ducados franceses) en en estos tiempos en los que fumar se ha convertido en uno de los peores actos del ser humano.
LOS ÚLTIMOS PIANOS DE SIBERIA, Sophy Roberts (Seix Barral)
En la intersección entre el ensayo histórico y la literatura de viajes aquí se trata de lo que anuncia el título: cómo pianos de todo tipo llegaron a la lejana Siberia y cómo se han conservado (o no) allí. La autora narra cómo se despertó su interés por el tema cuando investigaba sobre un tigre autóctono, sus peripecias viajeras, el frío, la dificultad para encontrar pianos en estado decente y propietarios y/o testigos dispuestos a dejar atrás sus desconfianzas y a contar cómo llegó el objeto a sus hogares, al museo o al teatro. Al principio de cada capítulo, que está ordenado cronológicamente, aparece un mapa de la zona o ciudad en la que se hallan los pianos, su historia, las correrías de la autora por allí y fotos de los hallazgos con sus protagonistas. Al final la sensación es de novela inacabada, pero es que no es ficción, es realidad y no todo lo que uno se propone sale adelante. Interesante documental sobre una Rusia que no conocemos mucho que puede complementar el estupendo libro de El baile de Natasha.
MANUAL DE REMEDIOS LITERARIOS, Ella Berthoud, & Susan Elderkin (Siruela, Círculo de lectores)
Con el subtítulo de Cómo curarnos con libros este diccionario literario hará las delicias de los lectores voraces, porque hay mucho que leer y muchas listas en las que apuntar sugerencias y de los lectores más perezosos, porque cada capítulo se puede leer como una pildorita literaria mínima. El orden es alfabético y aborda todo estado de ánimo o situación que el posible lector padezca: desde una alergia al polen hasta la indecisión, pasando por la vejez, el pavor al lunes por la mañana o una ruptura sentimental. Cada una de las entradas propone un o o varios libros que se podrán adaptar a lo deseado por el lector. Los comentarios son bastante divertidos, con cierto humor británico. La única pega que es que hay excesiva literatura anglosajona, pero es que una de las entradas se titula: Té, necesidad de, y solamente unas súbditas de Reino Unido colocarían esta frase. Además, varias páginas aportan sabios consejos sobre cómo aficionarse a la Ciencia Ficción (mea culpa) o dónde y cómo leer. Libro muy bien editado para regalar y tener en la estantería y así poder alimentar gozosas tardes de sofá con lecturas apasionantes, paseos por librerías y búsquedas en bibliotecas.