Conocemos a Willa en varias décadas de su vida: primero en 1967, en su infancia donde se nos presenta a su familia: clase media no muy acomodada, una hermana pequeña, una madre con aspiraciones de grandeza y un pésimo carácter y un padre bondadoso y conciliador. En la década siguiente, Willa ya está en una universidad, donde conoce a su marido, un californiano muy seguro de sí mismo. Tras veinte años de vida familiar sin historias y dos hijos, repentinamente, Willa enviuda, su vida sigue. En el 2017 recibe una llamada de una vecina de una exnovia de su hijo y se traslada a la otra punta del país. Como ocurre en las novelas de Ann Tyler todo es cotidiano, no hay grandes sobresaltos, lo que ocurre le puede pasar a cualquiera, los sentimientos son reposados y nada escandalosos, pero siempre atina con una descripción de los personajes muy acertada. Aquí, Willa es el claro ejemplo de persona afable, que ha pasado toda su vida agradando los que le rodean, sin violencia, sin remordimientos y sin hacer aspavientos. Sin embargo algo le impulsa a modificar el rumbo de su existencia. Lectura aparentemente sencilla pero con una gran profundidad psicológica.
EL BAILE DEL RELOJ, Ann Tyler (Lumen)
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