Aunque aparece bajo el epígrafe de novela, yo lo catalogaría más bien como ensayo y, más concretamente, un ensayo sobre del poder y la situación política en Rusia. El narrador, un profesor universitario francés, realiza una investigación en Rusia sobre un autor de principios del s.XX, Eugeni Zamiatine. A través de las redes sociales es contactado por Vadim Baranov, la supuesta cabeza pensante de Putin. Allí cuenta su biografía. Empieza por un abuelo aristócrata y cazador que se supo adaptar a los tiempos tras la Revolución, prosigue con un padre no tan llamativo pero con una carrera científica apabullante. Su juventud llega con la Prestroika y estudia en una escuela de arte dramático, de ahí pasa a la televisión y, por fin , a la política que no es más que una obra de teatro en la que (casi) todos los políticos son actores y el escenario es la política internacional y nacional. La hipótesis que aquí se argumenta es el pueblo ruso requerir alguien como Putin: ejecutivo y poco parlanchín ya que el ídolo sigue siendo Stalin. Se puede estar de acuerdo o no, pero es una lectura muy interesante para todo el que quiera entender cómo va este mundo.
Aquí dejo una cita y una escena aquí descrita:
Rusia es la fabricante de pesadillas de Occidente. A finales del XIX, ustedes, los intelectuales occidentales, soñaron la revolución. Nosotros la hicimos. Del comunismo, ustedes no han hecho más que hablar. Nosotros lo vivimos durante setenta años. Luego llegó el momento del capitalismo, e incluso en esto nosotros fuimos mucho más lejos que ustedes. En los años noventa, nadie corrompió, privatizó o facilitó la iniciativa empresarial más que nosotros. Aquí se crearon las mayores fortunas, surgidas de la nada, sin reglas ni límites. No cabe duda de que crecimos muchísimo, pero la cosa no fue bien (p 217).