Pocas dudas deja el título sobre el contenido de esta autobiografía. El autor se cría en una familia católica alemán y pronto, a pesar de sus innumerables travesuras y su carácter díscolo, decide hacerse sacerdote franciscano. Las fechas no son las mejores señaladas por la historia y así en el año 40 es reclutado por el ejército alemán y se convierte en un miembro de las SS a pesar de no compartir en ningún momento ninguno de sus principios ateos y violentos. Durante la guerra se salva innumerables veces de la muerte y consigue, con un permiso especial del Papa, ser ordenado sacerdote. Tras mil y una penurias es encarcelado por los enemigos (italianos y franceses) y llevado a campos de prisioneros en el norte de África. En todo momento: sea en la batalla o sea en la cárcel se preocupa de rezar y de acercar a las almas a Dios. Concluye con un epílogo sobre su época misionera en Japón. Biografía muy entretenida en la que las aventuras son interminables, pero lo más importante es la fe del protagonista y de los que le rodean que mueve montañas.
UN SEMINARISTA EN LAS SS, G.Goldmann (Palabra)
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